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Channel: Comentarios en: Cuando la Ley se convierte en timo. / Mª Ángeles Sierra.
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Por: GranIndignado Grado 10 Nivel 10

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Este comentario añade con datos reales, la cruda realidad del pago de una residencia pública y pretende hacer ver que lo mejor es que no existieran. La expñlciación va en dos partes:

(I)
La ley de la dependencia es un timo, es decir, un engaño alevoso promovido desde el gobierno. Además gracias al estado de las autonomías, con sus respectivos gobiernos y leyes, esta falacia progresista está tomando dimensiones gigantescas. Pero no haré como el gobierno adornando este artículo con palabras sino con hechos constatados y consumados.

Mi madre padece una enfermedad de deterioro cognoscitivo, demencia senil o Alzheimer, de tal forma que ya no sabe ni el día que es y a veces casi ni que soy su hijo. Comencé a rellenar los papeleos a través del ayuntamiento a mediados de noviembre de 2.007. En febrero de 2.008 la tuve que ingresar en una residencia privada pues no podía ya dejarla sola en su casa, pues es viuda. Existen 3 grados de dependencia y 2 niveles por cada grado: grado 1 (dependencia moderada), grado 2 (dependencia severa) y grado 3 (gran dependencia). En la valoración que le acaban de hacer en junio la han adjudicado el grado 2, nivel 1 (el más bajo de los dos): cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere el apoyo permanente de un cuidador. Hasta ese punto, bien, comprendo que haya personas que estén peor que mi madre, porque ella de momento, puede andar, habla inconexamente, pero… no puede cocinar, la vi bebiendo de recipientes de comidas en vez de en vasos, la pillé en noviembre del año pasado con las espitas del gas de la cocina saliendo y ella con una sartén y fue una suerte que apareciese yo por la puerta pues ahí descubrí hasta donde había llegado pues lo disimulaba muy bien… en definitiva, no la veo para que la controlen solo 2 ó 3 veces puntuales al día, sino que necesita una constante supervisión, al menos, en la casa donde ella vivía y por eso, la ingresé en una residencia, donde no existan peligros. Pero ése no es el principal tema de este artículo pues sé que en pocos meses, esta enfermedad degenerativa la conducirá hasta un grado 3 nivel 2 inexorablemente.

El problema es que hoy me he enterado de las mentiras de la Ley de la Dependencia. He acudido a la Diputación Foral de Vizcaya. Hace apenas unos días me enviaron la valoración médica que hicieron a mi madre y ahora me iban a informar. Resumo lo que se me ha dicho a través de la funcionaria:

· Necesito rellenar infinidad de papeleos para conseguir una plaza concertada por la diputación foral, que consiste en un pago mensual exactamente de 1.885 €, según se me ha dicho.

· Actualmente el pago mensual de la residencia privada es de 2.117,53 € (mes medio), con lo que supone un ahorro de 232,53 €. ¿No es esto un timo? Además, no puede ir a la residencia que ella quiera y tengo constancia de que las hay pésimas. ¿Por esa diferencia merece la pena el que te elijan donde llevarla, seguramente a un sitio peor?

· Si mi madre se queda sin recursos monetarios, cuando llegue a 3.000 €, no se le cobra a partir de ahí, y se establecerá una deuda, que tendré que sufragar yo, que soy el representante cuando fallezca. Decir que ahorros no tiene muchos; sí que tiene un piso en propiedad.

· Por lo visto, controlan mediante hacienda todos los movimientos bancarios desde 5 años para atrás para ver si los familiares han tomado dinero. En definitiva, si tienes a tu madre millonaria, pero hace 5 años y un día que te lo dejó todo a tu nombre, seguramente que le darán más prestaciones (¿?)… se me olvidó preguntarlo, pero como he de volver con la documentación rellenada, aprovecharé para resolver estas dudas.

· Decir que mis padres hicieron testamento. No tenían gran cosa, pero lo que está claro es que al morir mi padre, en teoría, la mitad de lo de mi madre, me pertenece, es decir, aunque ella lo disfrute en vida, es parte mío, y mi pregunta es: ¿qué derecho tiene el estado o las administraciones para alegar que mi madre, de seguir viva muchos años, va a contribuir con un dinero que legítimamente me pertenece en parte?

· Si la diputación concierta plazas a ese precio tan abusivo, ¿no está indirectamente subiendo el listón de los precios de las residencias privadas? ¡Nada menos que casi 1.900 €! ¿Y esto es el Estado del Bienestar? ¿Eso son prestaciones? ¿Quién hace subir los precios de las residencias? Para que se hagan Uds. una idea, el gobierno no paga nada, simplemente la residencia cobra menos a ciertas plazas y seguramente lo hará con algún tipo de ventaja fiscal, pero lo que es peor es que ganará dinero. ¿Cómo? Muy fácil. Antiguamente tendría residencias públicas suyas (no concertadas) por menor importe mensual. Al subir el listón, no solo no pierde, sino que gana dinero, al acercarse al precio de las privadas. Desengáñense, que el cuento del Estado del Bienestar es una basura. El Estado nunca da nada gratis, siempre lo cobra.

· Según la funcionaria da igual el grado de dependencia para el ingreso en residencia, que la valoración no va a cambiar el pago de casi 1.900 €, y esto contradice la propia ley (¿?) en la que se afirma que según el grado dará lugar a un tipo de prestaciones distintos.

Resumiendo: la ley de la dependencia es una artimaña en la que se metió Zapatero y cía y no saben cómo salir, otro enredo más de la estulticia humana de la sonrisita profidén. Que se vayan a reír de su madre, que de la mía bien que se están riendo. Una rebajilla de 200 y pocos euros para un pago “público” de casi 1.900 € es una salvajada que solo pasa en el país de los tontovotaZPs y con el consentimiento de los nacionalistas en el gobierno autonómico del País Vasco, que son la misma mierda.

Creía antes de conocer esto que la ley de la dependencia escondería trampas, pero no sabía que llegaría tan lejos. Este es un relato verídico. La zafiedad, mentira de nuestros políticos hace que se pongan medallas, cuando se tenían que poner un papel higiénico en el culo cuando salen tan sonrientes ante los medios de comunicación y que todo el mundo viésemos cómo actúan y lo que son.

Estoy tremendamente indignado, tanto, que a veces me dan ganas de no votar a nadie de por vida. Hoy es un día de ellos, en el que he abierto un poco más los ojos sobre los políticos, el Estado y las basuras que nos intentan vender.

(II)
Después de entregar casi todos los papaleos para el cambio a una residencia permanente pública, os informo de las nuevas noticias según las voy conociendo:

1º) Tonto de mí, efectivamente, al morir mi padre hace 9 años, ser hijo único y tener testamento, la mitad de los bienes son míos aunque el disfrute usufructario es de mi madre de por vida, es decir, de ese piso y de sus cuentas, en teoría solo pueden descontar hasta la parte que le corresponda a ella para sufragar los gastos de la residencia pública, es decir, que cuando se acabe el dinero suyo, de mí no pueden sacar más. Por lo menos, he podido medio respirar, pues ya pensaba que si vivía 25 años, se quedaban con todo.

2º) Sin embargo, no es del todo cierto, porque como usufructaria, a mi madre le corresponde la mitad de los bienes más un tanto por ciento que según me ha dicho la abogada de hacienda serían: 89 años – 73 años (que tiene ahora), es decir, un 16 % más en mi caso a día de hoy que estoy rellenando los papeleos.

En resumidas cuentas, hacienda se lllevaría por el pago público de la residencia, si los bienes totales son x, la cantidad de x/2+0,16*x/2 = 0,58x, es decir, el 58 % de los bienes totales de mi madre, cuando a mí me correspondería teóricamente el 50 %, y a efectos reales, el 42 %.

En definitva, un precio público muy caro, una violación de la ley del derecho en sucesiones en beneficio de hacienda (en el casino, la banca nunca pierde) y una falacia argumental con pregone a bombo y platillo, cuando la realidad es bien distinta.

Además, no había realizado el acto notarial de aceptación de herencia de mi padre, por desonocimiento de derecho, y ahora, seguramente, tendré problemas para esclarecer cual es mi 42 %. Seguramente perderé también esta batalla y el dinero a mi nombre será con toda probabilidad inferior al que me correspondería. Únicamente se me ha ocurrido vender el piso y declarar el valor de venta inferior al real, para igualar el tanteador contribuyente-hacienda en la justa medida en que se ha desequilibrado, pues aunque mi madre está perdiendo la memoria a raudales, por lo menos, hoy en día se da cuenta del ladrocinio institucional a que nos ha vinculado nuestro querido, deseado Estado del bienestar y al menos, en eso es consciente de esta situación, hecho que muchas personas maduras cultural y políticamente parece que o bien no conocen o no queiren conocer.

Que desaparezcan las residencias públicas que hacen subir el precio de las privadas y que el coste real del servicio sea el del mercado y no el inflado por fucionarios y servidores públicos incompetentes y arbitrarios y entonces que se pague una cantidad razonable aunque lo tenga que hacer un hijo o familiar, si el dinero del titular se acaba, porque entonces consideraría que el servicio es justo, no esta barbaridad de ley de dependencia que lo único que hace es robar injustamente el dinero a los que por derecho de herencia les correponde, precisamente por un precio inflado por su mala gestión.

El resumen de todo esto es el siguiente: el Estado es un ladrón de guante blanco y al que nadie le puede “echar el guante”…


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